¡Dios es más grande que tu gigante!
¿Quién es ese gigante,
a quien tienes tanto temor?,
¿Es acaso una enfermedad,
que trajo ansiedad y dolor?
¿Tal vez un hijo extraviado,
que te causa sufrimiento,
te ha hecho perder la paz
y sumido en el desaliento?
¿O ha surgido un problema,
al que no le ves solución,
y desde que ha aparecido,
vives en preocupación?
¿Puede que sea el dinero,
que nunca parece alcanzar,
has tratado de estirarlo,
mas no lo has podido lograr?
¿O te hace falta lo esencial,
y por mucho que has buscado,
no has encontrado trabajo
y te sientes desesperado?
¿Tal vez sea mal de amores
y sientes que el corazón,
está roto en mil pedazos
y profunda es tu aflicción?
¿O tal vez es melancolía,
que no has logrado vencer,
y sientes tantos vacíos,
que no logras comprender?
Pueden ser muchas cosas,
todas ellas diferentes,
que hacen que la ansiedad,
se apodere de tu mente.
Logran que el desaliento,
se arraigue en tu corazón,
y te convierta en esclavo,
del temor y la preocupación.
¿Cuál es ese problema,
que te parece tan gigante,
y te hace sentir pequeño
e indefenso cual infante?
Una excelente estrategia,
para enfrentar a un gigante,
es presentárselo a Dios
y en oración ser constante.
Acude al que todo lo puede,
cuéntale tu situación,
y creyendo que recibirás,
agradécele de corazón.
Pídele más paciencia,
discernimiento y sabiduría,
para conocer los pasos,
que debes dar cada día.
Pídele más fe y fortaleza,
para la meta alcanzar,
y una ración de optimismo,
para no desanimar.
Dios es más poderoso,
que la suma de tus gigantes,
no permitas que te impidan,
con ánimo seguir adelante.
No apartes tus ojos de Él,
deposita en Él tu confianza,
y verás como mantiene,
tu gozo, fe y esperanza.
Poema de Sigli Probst
Panamá
Salmo 18:2 El Señor es mi roca,
mi fortaleza y mi libertador.
Mi Dios, roca en que me refugio, mi escudo, mi fuerza y mi salvación.
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